
Construye a partir del error
Cuando una relación de pareja se termina observa en ese proceso
la oportunidad de aprender.
Toda experiencia deja su lección y de ella tienes que aprender para
no cometer los mismos errores la próxima vez, que encares otra historia.
No agraves la situación, con culpas. llantos, desesperación y pase de facturas.
Expresa tus sentimientos pero trabaja internamente para superar el dolor
porque la vida continúa a pesar tuyo y de la relación que terminó.
Vive el dolor, el duelo a tu manera, como puedas pero no te instales en el.
No agregues más dolor al dolor, sino trata de reflexionar y aportar luz para
comprender que la vida es una gran maestra, y por algo te puso esta prueba
que debes superar.
No involucres terceras personas, ni terceras situaciones en este momento.
El problema está dentro de tí y las soluciones también. Pide ayuda si es
necesario, pero intenta ser tu propio navegante dentro de tu ser, para llegar
al destino, a la tierra que te muestra los valiosos tesoros dormidos que aún
tienes que conocer.
Acepta que el ser humano tiene sentimientos como los celos, el temor, la posesividad
que, cuando son desmedidos pueden estropear una relación incluso antes de
comenzar, y que no todos están dispuestos con tiempos y energías para
trabajar en superarlas.
Tal vez, para algunas personas, lo mejor y lo más rápido, sea alejarse de
esa relación y retomar su rumbo.
Acéptalo.
La vida es un proceso y no ese mojón en tu camino.
Aprende y avanza, sin mirar hacia atrás.
No creas en discursos, vive los hechos. Ellos son la ilusión más real que
demuestra que estamos vivos.
Busca tu camino, el sendero que te guíe para crecer y mejorar. Es la única manera
de vivir con plenitud porque tu vida a pesar de todo merece su celebración, y
la pena y el dolor, también pueden ser superados.
El amor no es amor, cuando produce dolor, cuando la relación en lugar de construir
destruye la propia vida y la existencia cotidiana.
Nuevamente, acepta.
El buen amor es constructivo y saca de nosotros lo mejor para dar y compartir.
El dolor es un sentimiento que no permite evaluar y actuar con claridad. Sirve
para tomar conciencia que tienes que despertar y solucionar un área dentro de ti.
Cuando finalices una lección, agradece a la vida, el regalo que te brindó
porque de todas maneras, ella formará parte de ti.
Cuando una relación de pareja se termina observa en ese proceso
la oportunidad de aprender.
Toda experiencia deja su lección y de ella tienes que aprender para
no cometer los mismos errores la próxima vez, que encares otra historia.
No agraves la situación, con culpas. llantos, desesperación y pase de facturas.
Expresa tus sentimientos pero trabaja internamente para superar el dolor
porque la vida continúa a pesar tuyo y de la relación que terminó.
Vive el dolor, el duelo a tu manera, como puedas pero no te instales en el.
No agregues más dolor al dolor, sino trata de reflexionar y aportar luz para
comprender que la vida es una gran maestra, y por algo te puso esta prueba
que debes superar.
No involucres terceras personas, ni terceras situaciones en este momento.
El problema está dentro de tí y las soluciones también. Pide ayuda si es
necesario, pero intenta ser tu propio navegante dentro de tu ser, para llegar
al destino, a la tierra que te muestra los valiosos tesoros dormidos que aún
tienes que conocer.
Acepta que el ser humano tiene sentimientos como los celos, el temor, la posesividad
que, cuando son desmedidos pueden estropear una relación incluso antes de
comenzar, y que no todos están dispuestos con tiempos y energías para
trabajar en superarlas.
Tal vez, para algunas personas, lo mejor y lo más rápido, sea alejarse de
esa relación y retomar su rumbo.
Acéptalo.
La vida es un proceso y no ese mojón en tu camino.
Aprende y avanza, sin mirar hacia atrás.
No creas en discursos, vive los hechos. Ellos son la ilusión más real que
demuestra que estamos vivos.
Busca tu camino, el sendero que te guíe para crecer y mejorar. Es la única manera
de vivir con plenitud porque tu vida a pesar de todo merece su celebración, y
la pena y el dolor, también pueden ser superados.
El amor no es amor, cuando produce dolor, cuando la relación en lugar de construir
destruye la propia vida y la existencia cotidiana.
Nuevamente, acepta.
El buen amor es constructivo y saca de nosotros lo mejor para dar y compartir.
El dolor es un sentimiento que no permite evaluar y actuar con claridad. Sirve
para tomar conciencia que tienes que despertar y solucionar un área dentro de ti.
Cuando finalices una lección, agradece a la vida, el regalo que te brindó
porque de todas maneras, ella formará parte de ti.