lunes, 9 de marzo de 2009

Mujer deVelos


Kadhina era su nombre, la más espectacular de todas las odaliscas.

Entre velos y gasas escondía su belleza.


En sus besos, su lengua era un radar que se infiltraba por las grietas del alma, del corazón, de la mente, del amante que se rendía a sus pies.
Ella resucitaba con su danza sensual, con su danza de fuego, a quienes la contemplaban.


Atraía con su exótica belleza a príncipes, mendigos, magnates, marginales, poetas...

los enroscaba en su danza, en su círculo de magia, hipnotizándolos, arrancándole sus secretos.


En sus encuetros amorosos buceaba en el placer y no dejaba superficie sin acariciar.


Atravesaba la noche oscura del alma con estoicismo y profundidad, y su vida transcurría entre danzas y amantes.

Todos lo sabían, ella había nacido para danzar y amar,

y era feliz cada vez que se entregaba a esos dos placeres.


Cuentan que con el tiempo Kadhina se diluyó con los vientos del desierto y se convirtió en arena.


Todo aquel que tenga la oportunidad de apoyar sus pies descalzos sobre aquel desierto donde ella danzaba sentira el vibrar de su cuerpo y el calor de su pasión....

No hay comentarios:

Publicar un comentario